Un fideicomiso es un acuerdo legal por el cual un individuo transfiere propiedad a otra persona, el “fideicomisario”, para el beneficio de un tercero, el “beneficiario” (o beneficiarios), quien también puede ser el fideicomitente. Los activos transferidos a un fideicomiso se manejan sobre la base de la última voluntad o carta de deseos de tal manera que se corresponde con la deseada del fideicomitente.

El fideicomitente puede también designar a un protector, que puede supervisar a través de las actividades del fiduciario, si el fiduciario actúa de la mejor voluntad y de acuerdo a las instrucciones o deseos del fideicomitente y las personas que deben tener los beneficios de la confianza (beneficiarios). Un protector puede ser cualquier persona, como un amigo de la familia, un abogado o cualquier persona que goce de la confianza del mandatario.

Nuestros clientes utilizan el fideicomiso offshore como vehículo legal para la administración y disposición de su patrimonio o como herramienta sucesoral. El fideicomiso offshore permite establecer mejores protecciones que aún no están disponibles en el fideicomiso local, para lo cual contamos con la colaboración de especialistas extranjeros en la materia.


Un fideicomiso se puede establecer, entre otras razones, por y para:

  • Planificación patrimonial.
  • Confidencialidad y privacidad de activos.
  • Estructuración y centralización de bienes.
  • Inversión internacional.
  • Planificación fiscal.
  • Para protegerse de potenciales acreedores.
  • Planifiación sucesoral, para:
      - Proteger a los hijos menores;
      - Asegurar la distribución amigable de los activos entre herederos y beneficiarios;
      - Evitar litigios entre los sucesores que tienden a destruir la fortuna y los negocios familiares, entre otras;
      - Confidencialidad.